Buenas noches

Casi era la hora de cierre y sólo quedaba una pareja de viajeros fatigados que justo en ese instante se marchaba. Hacía un rato que Chapman, Huarte y Valdavia ya se habían ido, tras pasar la tarde conversando en el salón acristalado del Café Leopold. Chapman se mostró menos huraño que de costumbre —al parecer…